Intento frustrado de un poeta terco
Intento frustrado de un poeta terco
Tierra adentro de nuestro vientre,
subiendo por las venas del cuello,
la sangre liquida del cuerpo ardiente,
palpitante entre los órganos internos,
vísceras, hiel y carne,
extirpa mi alma del cerebro humano.
Desecha la piel del animal errante
de un bosque violento
sediento de sangre,
Árboles danzantes, a la luz de la luna
que miro en las azoteas gigantes,
de un espejo somnoliento.
Mátame con la bolsa del rapto,
que sin tesoros quede
su alma al final de todo,
una ocasión prefiere,
seguir buscando su añoro.
Al preferir los honores
el nombre se torna etéreo,
como los aplausos y dones
del hombre que los confiere.
Cada tierra tiene dueño
no es así, su corazón,
el ya no velar su sueño.
dicen que costó un millón,
Vengan vean, que lo crean.
es el celo el que lo vence,
el circense pretendiente,
teje redes entre dientes.
Murmurando sus loores,
cercenando las verdades,
perpetrando iniquidades,
cascabel de vanidades.
Musas tengo en todas partes
para escribir estos versos,
pero no pretendo yo
tener un mozo converso.
Y si nomás por rimar
pretendes hacerme frente,
ten cuidado de desear
lo que no mastica el diente.
Pinta tengo de jarocho
no es el vicio es la verdad,
de no parecer mocho
en esta hermosa ciudad.
Tierra adentro de nuestro vientre,
subiendo por las venas del cuello,
la sangre liquida del cuerpo ardiente,
palpitante entre los órganos internos,
vísceras, hiel y carne,
extirpa mi alma del cerebro humano.
Desecha la piel del animal errante
de un bosque violento
sediento de sangre,
Árboles danzantes, a la luz de la luna
que miro en las azoteas gigantes,
de un espejo somnoliento.
Mátame con la bolsa del rapto,
que sin tesoros quede
su alma al final de todo,
una ocasión prefiere,
seguir buscando su añoro.
Al preferir los honores
el nombre se torna etéreo,
como los aplausos y dones
del hombre que los confiere.
Cada tierra tiene dueño
no es así, su corazón,
el ya no velar su sueño.
dicen que costó un millón,
Vengan vean, que lo crean.
es el celo el que lo vence,
el circense pretendiente,
teje redes entre dientes.
Murmurando sus loores,
cercenando las verdades,
perpetrando iniquidades,
cascabel de vanidades.
Musas tengo en todas partes
para escribir estos versos,
pero no pretendo yo
tener un mozo converso.
Y si nomás por rimar
pretendes hacerme frente,
ten cuidado de desear
lo que no mastica el diente.
Pinta tengo de jarocho
no es el vicio es la verdad,
de no parecer mocho
en esta hermosa ciudad.
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TE DESEO LO MEJOR, TE QUIERO MUCHO..